La Cuina Furtiva
Hoy ha llegado el turno a las activistas gastronómicas de La Cuina Furtiva, compañeras junto con Transfodesign en el taller Waste = Food que tendrá lugar del 22 al 24 de Noviembre (con una sesión preparatoria el 15 de Noviembre) y que cerrarán el ciclo de talleres de REHOGAR 5.
La Cuina Furtiva, o lo que es lo mismo, Mariví Martín y Sonia Martínez, trabajan con los alimentos como portadores de significados. Más allá de la comida como necesidad, como objeto de consumo y como gozo, es un proyecto que amplifica las miradas para tratarlo como parte de fundamental de la cultura «del buen vivir», y por lo tanto como un elemento decisivo de la identidad humana y también como un instrumento para comunicarla.
Actúan desde el acto de la celebración, y su participación en todas las actividades que desarrollan reposa sobre la intención de enriquecer el entendimiento y los afectos entre las personas, trazando líneas creativas para construir situaciones que estimulen el deseo de conocernos, compartir y cooperar.
En esta línea se enmarca el proyecto culinario Menú de Boca en Boca que propone encuentros clandestinos alrededor de la comida para curiosear el mundo en compañía. Reúne a personas, conocidas y desconocidas, para una cita en espacios no convencionales. Comparte sabores, memorias y futuros recreados. Se come y se piensa, se mira, se habla y se escucha. Menú de boca en boca es un día, una hora, un lugar. El comensal no sabe lo qué va a comer, con quién o dónde hasta el mismo momento de empezar.
Pero La Cuina Furtiva es camaleónica y adopta múltiples formatos para impulsar y construir experiencias colaborativas junto a otros proyectos que actúan desde diferentes áreas del conocimiento. Colabora con proyectos de todo tipo que tienen una mirada sobre la comida y los alimentos, participando en experiencias transversales que toman formas escénicas, de formación y experimentación. Un ejemplo de ello son la pieza escénica para cocina, voz y sonido Gastrofonía de los Insaciables (una lectura escénica de un fragmento del texto, acompañada por la elaboración de un plato que después se come el público, y musicada en directo a partir de los sonidos reales del trabajo culinario, transformados y enriquecidos por la electrónica) y el itinerario socio-político y gastronómico por el bloque portuario Ruiz Jarabo del Cabanyal y por el antiguo barrio El Clot, Quién teme al bloque feroz: El Clot, la buena vida.
Todo el proyecto es también un compromiso ideológico con la sostenibilidad como práctica de trabajo, de producción y de vida; con la soberanía alimentaria y la ecología como acciones de apoderamiento, porque creemos que un comensal emancipado es mucho más que una persona que sabe comer; y con las cuestiones de género, que impregnan todas y cada una de las relaciones entre la comida y los seres humanos desde que los primeros homínidos usaron el fuego como medio de transformación.